Tratar el Éxito y el Fracaso Como Dos Impostores
Explora reflexiones sobre el éxito y la incertidumbre en el mundo empresarial y personal, junto con la relevancia del derecho concursal en enfrentar cambios inesperados. Este blog ofrece perspectivas auténticas y significativas sobre la vida y los negocios.
Angelo Spanó
5/21/20242 min leer
Afrontaré estos escritos como una serie de reflexiones que le puedan ser útiles al lector. Con nuestro software buscamos automatizar, con el objetivo último de que te permita un trato cercano con el cliente que ahora resulta imposible.
Estos artículos breves también los escribe un ser humano y no mi querido ChatGpt, de modo que te ruego paciencia con este autor, que entre líneas incordia con su existencia. Pero no da puntada sin hilo.
Hace unas semanas me invitaron a una discoteca, la cuestión es que llegamos muy pronto y fue un fiasco. Tan vacía estaba que no pude evitar comentarlo en Google Maps.
Para mi sorpresa hoy recibí una notificación con que aquel comentario decorado con una foto amateur y mal enfocada tenía 150.000 visualizaciones.
Lo que me lleva a: el éxito no siempre es una cuestión de mérito, muchas veces es puro azar. Una foto mediocre de un cliente quejumbroso logra miles de visualizaciones; la imagen de un fotógrafo amateur luego de miles de horas de dedicación puede estar condenada a vivir en un pendrive.
Precisamente por esta cuestión disfruto del derecho concursal, porque te permite entender que el éxito y el fracaso per se son irrelevantes, que una empresa que facturaba millones puede ahora deber millones y sus socios perderlo todo; que una persona normal que pagó diligentemente su cuota hipotecaria durante 10 años ya no la puede asumir por un determinado evento, o simplemente porque no se percató y la contrató con un tipo de interés variable, pensando que las tasas de interés del 0% eran la norma y no una excepción, y ahora es del 6%.
No hace falta tampoco una tragedia, sino cualquier cuestión que se presenta en el horizonte y nadie preveía, pero que se impone y modifica el panorama. Una derivación de responsabilidad de la AEAT, una inspección de Hacienda que acaba mal.
Cualquier cosa te cambia la vida.
Un concurso te viene a decir: todo lo patrimonial tiene arreglo. O todo aquello que como sociedad hemos consensuado que es digno de ser exonerable lo tiene.
Solo por eso, creo que este blog es de interés. No te permitas el lujo de prescindir de él.
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